Estamos en la tercera parte de Escuchar la voz de Dios. Estábamos hablando sobre Hebreos 5:14, donde encontramos que a través de entrenar y utilizar nuestros sentidos espirituales (aquellos mismos cinco sentidos físicos) podemos discernir y reconocer la voz de Dios. Hablamos sobre entrenar nuestros oídos para escuchar, hablamos de entrenar nuestros ojos para ver. Ahora voy a hablar sobre sentir. En la Biblia, cuando la “gloria” de Dios se manifiesta, la gente siente la presencia. Una de las traducciones de la palabras “gloria”, sobre la cual se refiere en las escrituras, es peso. Es por eso que tenemos música que hablan sobre sentir el peso de la gloria, porque es una expresión que está en la Biblia. Tal vez, ya has experimentado algo parecido. Quizá mientras orabas, sentiste la paz de Dios. Tu puedes sentir físicamente algo pasando y esto es de lo que estamos hablando, esto es sentir a Dios. Él puede utilizar estas sensaciones para comunicarse con nosotros. Él podría estar comunicando, por ejemplo: que estarás bien, que puedes tener paz porque Él está contigo, que Él te ama, etcétera.
Descubrí, además, que hay otros momentos en los cuales podemos sentir algo y que es Dios comunicándose con nosotros. Te explico. Una vez, mientras caminaba en un aeropuerto, empecé a sentir dolor en mi rodilla derecha mientras pasaba por un puesto donde estaba una señora vendiendo diferentes productos. Me pareció extraño el dolor, muy raro en verdad, pero continué caminando y el dolor desapareció. Cuando volví a pasar cerca del puesto donde estaba esta señora, volvió el dolor y entonces entendí que Dios me estaba mostrando algo. Entonces, me acerqué a la señora y le dije: “Permiso, ¿te puedo preguntar algo? Cuando pasé por aquí, sentí dolor en mi rodilla derecha y realmente creo que es Dios mostrándome que usted está sufriendo dolor en la rodilla derecha. Ella me miró muy sorprendida y me dijo: “Sí, es verdad”. Entonces, oré por ella y fue sanada. Lo gracioso es que algunos meses después volví a esa ciudad y conté la experiencia en una iglesia y la mujer me interrumpió, levantó su mano -delante de todos- y me dijo: “Probablemente, no me recuerdes pero yo soy la mujer del aeropuerto”.
Las sensaciones o el tacto, es una manera en la que Dios habla con nosotros. También te puede suceder que cuando entras a algún lugar sientes depresión o la atmósfera muy pesada. Si esto sucede cuando tu estabas bien, te invade la tristeza o sensaciones así de repente, mirá a tu alrededor. Puede ser que alguien ahí dentro necesita tu oración. Quizá Dios te está mostrando que hay alguien que necesita ser ministrado. Como dije antes, Dios también se comunica con nosotros a través de sensaciones o cosas que podemos sentir en el cuerpo. Te quiero desafiar a que prestes atención a estos momentos. No seas indiferente. Para un poco, mira a tu alrededor porque puede ser que Dios esté hablando contigo para que seas de bendición para alguien a tu alrededor.