Un matrimonio fue a un centro comercial, ellos querían comprar un zapato hermoso para la esposa. Llevaron a su hijo. Llegaron al lugar y buscando el zapato, entrando de tienda en tienda. El l esposo ya estaba enojado y con esa distracción, el niño se perdió. Y entraron en desesperación porque no encontraban al niño. Y buscándole, comenzaron a movilizar personas; movilizaron a los guardias del lugar.
Movilizaron a las personas que estaban a su alrededor, a las vendedoras, etc. Y comenzaron la búsqueda, se distribuyeron en grupos y comenzaron la búsqueda. Fueron por todas partes en grupos y encontraron al hijo. Al encontrarlo, todos se emocionaron mucho porque encontraron al hijo que estaba perdido. ¿Por qué te contamos esta historia? Porque queremos dejarte un desafío poderoso:
Así como ese matrimonio buscaba a su hijo perdido, Dios está buscando a sus hijos perdidos. Así ha sido a lo largo de la historia de la iglesia e incluso, desde la creación del hombre.
Tengo la plena certeza que vos conocés a una personas que está perdida, es decir: lejos de Dios. Pero Dios, como en todas las etapas de la historia de la iglesia, está buscando personas y quiere movilizar personas para buscar a sus hijos perdidos. En Mateo 28:18 dice: “Id y haced discípulos a todas las naciones”.
Él nos dió un mandato de ir, cambiar de ubicación, desplazarnos, movilizarnos. De esa misma forma, te queremos desafiar que vayas y compartas todo lo que aprendas sobre Jesús en esta serie de iglesia en casa con tu círculo de amigos, familia y aquellos que consideres tus prójimos en la universidad, vía zoom o cómo puedas. ¡Que Dios te inspire y guíe para lograrlo!